pan de muerto

Pan de muerto, el origen, el presente y el futuro

Necesito un poco de agua refrescante, mi boca se ha secado y con mucho aplomo me salen las lágrimas de cocodrilo. Supongo que es la edad, ya no soy una jovencita, cada vez es más difícil disimular las bolsas de los ojos, las comisuras del rostro y estas malditas canas. Para haya vamos todos nacimos para morir.

 - Aunque en esta vida, fáltenme riquezas, sé qué allá en la gloria tengo mi mansión…

El aroma de la corona d rosas se mezcla con el azahar de la cocina, indiscutiblemente están horneando pan de muerto. En mis tiempos de chiquitilla no se hacía así, mi madre horneaba el papalotlaxcalí, con miel de maguey, maíz y amaranto, lo barnizaba con huevo y le ponía ajonjolí. Mi madrecita santa lo preparaba con tanta esperanza de sentir a sus muertos, así como lo hizo mi abuela y su abuela también.

- Alma tan perdida, entre las pobrezas, de mi Jesucristo, tuvo compasión…

El pan de muerto moderno se aprendió en casa de ricos. Decía mi mamá que las señoras que le trabajaban a los dueños de las haciendas, les ayudaban con sus recetas europeas. ¡Cómo va a ser!, un pan con mantequilla, aroma de azahar, guayabas, canela, naranjas molidas, vainilla fina. En esta familia se tiene dinero, el difunto se hizo adinerado desde que puso sus misceláneas y panaderías. Por eso hacen el pan de muerto moderno.

- Mas allá del sol, más allá del sol, yo tengo un hogar, hogar, bello hogar, más allá de sol…

El velo negro ya me acaloró, mi mamá me decía que hiciera lo que más me saliera bien y como me sale re bien llorar, pues me hice plañidera. Las plañideras lloramos en los funerales y nos pagan por ello, dicen que nos compusieron la canción de la llorona, yo lo dudo, ninguna de nosotras tenemos huipiles finos. Que rico huele, ya no es como antes pero que rico sabe el pan, lo único que se parece al papalotlaxcalí son los huesitos que ponen encima del pan en forma de cruz para adornar. Dice Gertrudis que los dueños de la fábrica de caña ¡hasta los espolvorean con azúcar! En lugar de ajonjolí.

- Así por el mundo, yo voy caminando, pruebas me rodean y hay tentación, pero Jesucristo que me está probando llevarme salvo, Hasta su mansión...

Dios sabe que siempre lloro por una buena causa, Don Leonardo fue muy querido por mí y su familia me guarda mucho aprecio. Ojalá que ese aprecio me permita darme la libertad de llevarme un par de panes. Como se fue a ir en pleno día de muertos, ni tiempo les dio de poner la ofrenda, con tremendo susto ni yo tendría ganas.

- Mas allá del sol, más allá del sol, yo tengo un hogar, hogar, bello hogar, más allá de sol…

Ya salió su hija Trini, con una charola grande de panes, a su sombra, su niño con las manos enharinadas. Qué bonito, aprendiendo de las recetas de la familia. Su esposo el abogado, con el chocolate español y sus hijas con el café. ¡Yo hubiese querido una familia así, pero ah! Mi único talento es llorar, ahora si me dieron ganas de llorar de adrede.

 

Ya terminó el rezo, hora de empacarle, bueno, guardaré un pan y me lo llevaré a casa. No para mi sino para Don Leonardo, se lo pondré en mi altar. Dice Gertrudis que lo de hoy es poner estos sabrosos y esponjosos panes en honor a los muertos y que todos los que ha probado saben distintos, será ¿Porqué se le prepara el pan a como el gusto del difunto?

 Ojalá que mi mamacita también pueda probarlo, ya dos años de su partida. Ella atendió siempre muy bien a la familia del difunto, y creo que me toca cuidarlos a mí, que ya me hablan como a mi mamá.

- ¡Chepa! Ayúdame con la charola.

- ¡Chepa! Ayúdale a Trini a ir al baño.

- ¡Chepa! Por favor, apágale al café.

- Chepa, se me hace que te vas conmigo a casa, haya te trataremos bien y tu cuidaras de nosotros, ya no tienes que andar de llorona.

Y yo que ya me cansé de llorar de funeral en funeral, ya creo que es hora de quedarme con la señora Trini y su familia. ¡Son seis! y su casa es muy grande, exige de mucho mantenimiento. Sus niñas son primores y dice el chiquillo quiere ser abogado como su padre, pero yo lo he visto muy atento a la cocina de su mamá, siempre ayudándole con los pasteles y los panes. Como no, si Trini cocina delicioso hasta yo quisie…

¡Chepa! Deja de llorar y ven a aprender a hacer pan de muerto, que aquí se le enseña a toda la familia.

y por si se quedaron con el antojo, ahí les va la receta...

Receta del Pan de Muerto con Ajonjolí

Ingredientes

  • 3½ tazas de harina de trigo
  • 1⅓ cucharadas de levadura fresca
  •  3 huevos
  •  ½ taza de margarina a temperatura ambiente
  •  ½ cucharada de sal
  •  ½ taza de azúcar
  •  ¾ de taza de leche 1 raja de canela, triturada
  •  2½ tazas de ajonjolí

Procedimiento:

  1. Forme con la harina un círculo hueco sobre una mesa. Vacíe en el centro la levadura, 2 huevos, la margarina, la sal y el azúcar.
  2. Vierta un poco de leche e integre los ingredientes del centro. Deje reposar la mezcla durante 5 minutos. Agregue la canela y mezcle todo con la harina.
  3. Conforme integra los ingredientes, vierta poco a poco la leche según la necesite. Amase la preparación hasta que obtenga una masa que se despegue de la mesa y de sus manos.
  4. Engrase un recipiente, coloque en él la masa y déjela reposar hasta que duplique su volumen.
  5. Divida la masa en 8 porciones de 100 gramos cada una, que serán los panes, y en 8 porciones de 20 gramos aproximadamente, que serán las canillas y las esferas del centro de los panes.Tome una de las porciones grandes de la masa y trabájela, jalándola hacia arriba para alisarla. Voltee la porción de masa y gírela con la mano sobre una superficie plana, mientras ejerce una ligera presión sobre ella, hasta que quede lisa y uniforme en toda su superficie. (A este proceso se le llama “bolear”). Realice lo mismo con las porciones grandes de masa restantes.
  6. Engrase charolas para hornear con papel siliconado o encerado, distribuya en ellas las esferas de masa, espaciadas una de la otra, y aplaste ligeramente las orillas de cada una (quedarán con forma de montaña). Aplaste ligeramente las esferas de masa, sin deformarlas.
  7. Amase las porciones de masa de 20 gramos, y con cada una forme tres canillas y las esferas del centro de cada pan. Déjelas reposar durante 15 minutos o hasta que dupliquen su volumen. Acomode las canillas sobre el pan de manera cruzada y pegue las bolitas centrales con un poco de agua.
  8. Precaliente el horno a 180 ºC. Barnice los panes con el huevo restante, espolvoréelos con el ajonjolí y déjelos reposar en un lugar tibio durante 30 minutos. Hornee los panes durante 30 minutos o hasta que se doren.