Cuenta la leyenda que, en el siglo XII, en las pequeñas colonias de Francia, durante las epifanías de los tres Reyes Magos de Oriente, nació el roscón de reyes. Como cualquier tradición que incluya la glotonería, se expandió rápidamente por Europa y, por ende, llegó a hogares de las tierras que, en algún punto de la historia, se colonizaron.
Pero ahondar en la historia es tedioso; yo quedé encantado cuando conocí el roscón de reyes español, con granos de azúcar gruesos, cerezas en almíbar, naranjas cristalizadas y almendras tostadas. La miga era suave y de corteza dura, y el dulzor, moderado.
Pero como todo el pan mexicanizado, aquí decidimos hacerlo esponjoso, dulce y suave. Eso sí, respetamos el aroma de azahar y, en lugar de poner fruta cristalizada, pusi