El pasado martes fue un gran día para todos, ya que el Museo Soumaya y Sacher-L'Autrichienne se engalanaron con el festejo en Plaza Carso. Por la tarde en el famoso museo, se impartieron talleres y eventos para los niños; pero para cerrar con broche de oro, la sorpresa fue un sorprendente pastel.
Una reproducción de Alicia en el País de las Maravillas, escultura realizada por Salvador Dalí, fue la encargada de dejar con la boca abierta a niños y no tan niños.
En 1969, el artista realizó una serie de pinturas para ilustrar una edición especial de la novela de Lewis Carrol, Alicia en el país de las maravillas.
Posteriormente, en 1977 realizó esta escultura, que representa su visión de Alicia. En 2010, una reproducción de esta escultura se expuso en los Alpes franceses , justo en medio de la nieve y de la nada.
Como se podrán imaginar, el pastel representó un gran reto para nuestro Chef decorador, para modelar un pastel así, se tiene que poner mucha atención en los detalles que tiene la escultura.
El pastel se realizó en dos partes por separado para darle una mayor estabilidad, usualmente, estos pasteles se montan en el lugar del evento.
Los detalles eran una pieza clave en el éxito de este pastel, ya que tiene muchas particularidades, casi igual de complejo que la historia de Alicia.
El pastel estaba cubierto con una pintura dorada especial que es comestible, esto para dar la sensación de bronce, como en la escultura original. El detalle de las flores en la cabeza y en las manos fue muy complicado de realizar.
Alicia se trasladó en dos partes por separado, que se ensamblaron al llegar al museo. Siempre se tienen que hacer algunos ajustes al llevar un pastel así de complejo, por lo que nuestro amable asistente se dio a la tarea de hacerlo.
El público estaba ansioso por conocer el resultado final y entre tweets y mensajitos, el pastel ya se daba a conocer.
El pastel quedó listo al cabo de unos minutos y obviamente la gente quería conocer a fondo el pastel que estarían a punto de degustar.
¡Voilá! La mesa estaba lista para sorprender hasta al más escéptico. Algunas personas dudaban que fuera un pastel real, pero a la hora de partirlo, toda sospecha se disipó.
Al final, el pastel se partió en compañía de los asistentes, la mesa del pastel estaba junto a otra magnífica escultura: El Pensador de Rodin.
Esperamos que hayan disfrutado de esta historia, que a nosotros nos enorgullece mucho.
¡Besos mil!
Femme Bonbons