Míranos este verano, disfrutando del sol y la lluvia como si fuera cualquier cosa. Despertamos y disfrutamos, básicamente de eso trata el verano. Aunque también hay algo de trabajo, y eso es: ¡Consentirnos a costa de un esfuerzo extra!
El sábado me interné en el curso de cupcakes, y digo interné, porque todos mis sentidos estaban dispuestos a crear algo especial. Mis compañeras estaban en el mismo canal, muy atentas a todos los consejos de nuestro Chef titular y auxiliar.
La mezcla es algo básico en la preparación de un cupcake, prácticamente es la mitad del éxito de un cupcake. De la mezcla depende que nuestros cupcakes se disfruten o no, por supuesto, estamos del lado del disfrute.
Es por eso, que nuestro Chef nos instruyó en la correcta preparación de esta mezcla. Los ingredientes a utilizar deben ser de la mejor calidad.
Todo esto debe ser tomado en cuenta, ya que muchas veces, podemos considerar algunos detalles como menores y al final, son los detonantes de un buen sabor.
En esta ocasión nuestro grupo fue femenino en su totalidad, nosotras sabemos cómo trabajar y la ayuda fue grandiosa.
Verter la mezcla, tiene su gracia, aunque algunas compañeras parecían profesionales auténticas. Como te imaginarás, ocurrieron algunos accidentes, debido a unos impulsivos pulsos, pero todo muy bien.
Ya queríamos probar este sabor desconocido aún por todas, así que todo estaba listo para hornear.
Algunos recursos nos ayudaron a comprender mejor la naturaleza del cupcake, no es algo muy sencillo. Requiere tiempo y dedicación.
Ya estábamos listas para preparar la siguiente mezcla, que era de vainilla.
El trabajo en equipo se hizo muy apreciado, ya que todas las alumnas colaboramos para un bien en común: nuestros cupcakes.
Esta mezcla fue más rápida, ya teníamos la idea de cómo la teníamos que preparar, así que entre todas colaboramos para que se hornearan de volada nuestros cupcakes de vainilla.
Y sin advertencia alguna, nuestros pastelitos de chocolate manifestaron querer salir del horno. ¡Claro, ya estaban listos!
El fondant fue la técnica que abordamos. Nuestro chef decorador nos ayudó a comprender mejor la manera de trabajarlo.
De inmediato nos dimos cuenta de que hay que tener un brazo fuerte para poder amasar el fondant, pero somos fuertes, así que todas lo logramos.
Así que comenzamos la decoración de los animalitos, que en esta ocasión fueron conejos, pollos y cochinitos.
Este es el preámbulo a un gran cupcake, posteriormente decorado con lo demás.
Algunos cupcakes terminados.
Todas las chicas pusimos nuestro mejor empeño para hacer sentir orgullosos a los que más queremos, en mi caso, a mis amigas.
Tomando en cuenta que no meto las manos a la cocina ni en defensa propia, creo que me fue bastante bien, haha.
El curso fue muy ameno, sustancial y divertido. Algunas chicas pensaron en mantener a los niños ocupados preparando cupcakes estas vacaciones. ¡Gran idea!
Love!
Femme Bonbons